Carlos Fernández, el community manager del Cuerpo Nacional de Policía, el comunicador que ha conseguido que el twitter de esta entidad tenga 1,75 millones de seguidores y sea la institución pública más retuiteada del mundo, por delante de la Casa Blanca o del FBI, ha sido fichado por Iberdrola.
El tema lo han recogido los principales medios de comunicación españoles -off y on- como si se tratase del fichaje del ceo de una empresa del IBEX 35 o la de un fichaje futbolístico millonario. Es, sin duda, una de las noticias del día en España. El diario El Pais lleva el asunto a portada a dos columnas. ABC, el Mundo, el Economista, el Norte de Castilla, La Voz de Galicia o el Periódico de Cataluña, entre otros muchos, lo recogen de forma destacada en sus ediciones.
Además de que todos los medios reconozcan la excelente labor de Carlos Fernández al frente de las redes sociales de la Policía, los profesionales de la comunicación estratégica deberíamos vanagloriarnos del bombo que se ha dado a este fichaje. La razón es que se ha convertido, sin quererlo, en uno de los mejores ejemplos de cómo la comunicación estratégica construye marcas reputadas, admiradas, interesantes, seguidas y elegidas por los usuarios de una empresa o entidad.
Decir que la comunicación es tan estratégica para la empresa como las finanzas, el marketing o los recursos humanos sólo es posible cuando el ecosistema de dicha empresa o institución es el adecuado para incorporarle el apellido estratégico. Fernández no es un llanero solitario ni tampoco un visionario, si no un gran profesional de la comunicación que, con acceso a información relevante de la propia dirección general y mandos del Cuerpo, ha sabido generar vínculos de cercanía, confianza, espontenidad y colaboración con millones de ciudadanos.
La propia Policía reconoce que se han solucionado cientos de delitos gracias a la comunicación que la Policía hace a través de las redes sociales; es decir, gracias a la confianza que ha generado un contenido capaz de transformar mensajes en clave en llamadas espontáneas y de interés para todo tipo de públicos.
La comunicación debe ser eso: trabajar desde un primer nivel ejecutivo, con acceso a información clave y cumplir el principio básico de identificar a tus públicos, adecuarles tus contenidos y mensajes y utilizar los canales adecuados para llegar a ellos.
El fichaje de Carlos no es una noticia más sobre comunicación; es un excelente aviso a navegantes para todos aquellos que toman decisiones sobre le rol que juega la comunicación en la organización que dirigen o gestionan. Tampoco pensemos que la solución a muchos problemas es simple y basta con contratar un buen community manager. Se precisa de un manager, un profesional excelentemente formado, con capacidad de liderazgo, con conocimiento macro y micro, con visión estratégica; un dircom que gestione desde el primer nivel ejecutivo, de forma transversal, no sólo la gestión de las redes, si no que estas se engarcen en una estructura coordinada con todos los ámbitos comunicacionales de la entidad como son la comunicación interna, relaciones institucionales, medios de comunicación o comunicación audiovisual…y además, ser capaz de medir su efecto y demostrar el valor añadido en los objetivos de la organización.
Me quedo con unas declaraciones de hoy del propio Fernández: hay que saber que interesa a tu audiencia y adaptarte al canal para generar contenido de interés desde la transparencia, la comunicación y el diálogo con tus clientes, accionistas, empleados y la sociedad en general… Pues eso.