Michael Jordan no quiere estar en las redes sociales. Mi buen amigo Enrique Gómez comenta en el blog que “las redes sociales no son para tanto” y argumenta que «muchas celebrities – deportistas, políticos, cantantes…- son conocidísimos sin necesidad de ser digitales». Cita a Michael Jordan como ejemplo porque el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos, tiene fama universal pese a su retirada profesional y a reconocer su rechazo a twitter o a Facebook.  blog.Michael-jordan

Lo cierto es que, efectivamente, Michael Jordan mantiene una posición digital reactiva y pese a su cuenta oficial en twitter; aparecen imitadores por doquier que confunden cuando deseamos localizarle en la red: @Jumpman23@_MICHAELJoRDAN; @itsMichaelJ23; @_TheReal23

Evidentemente que se puede vivir sin presencia digital como dice Enrique, faltaría más, pero las celebrites con un perfil digital bajo deben ser conscientes de que la popularidad atrae a los imitadores, a los fans, a los detractores, a los oportunistas, a los competidores y a los aburridos… y todos estarán encantados de suplantar a su héroe, de adularle, de criticarle ó de sentirse a la misma altura del interesado, aunque en el caso de Jordan sea difícil porque mide 198 centímetros.

Dicho esto, cualquier celebrity debería:

1.-  Asumir que las redes no son un mal necesario si no una realidad con la que conviene convivir y a ser posible liderar. Es mejor que lideres tu propio espacio a que otros lo hagan por tí.

2.- Estar en las redes tampoco es la panacea. Se requiere un análisis detallado de que se pretende, sobre qué temas te interesa posicionarte, escoger el tono adecuado y un protocolo de actuación alineado con tus objetivos y el perfil de tus seguidores. No basta con estar, si no que si estás, hay que saber manejar el lenguaje de la red. Incluso pudiera darse el caso de que lo conveniente sea no estar en la red como alguna celebrity ha decidido hacer por razones argumentadas. Hay que  analizar por tanto cada caso.

3.- Cuando hablamos de celebrities con muchos miles o cientos de miles de seguidores en linkedin, en Facebook, en Twitter o en su blog, siempre es necesario el apoyo y la asesoría de una consultora y/o profesional/les especializado/s en la materia. Evidentemente, es imposible gestionar personalmente a millones de fans, seguidores o detractores.

En el ámbito del deporte, por ejemplo, Cristiano Ronaldo , el delantero del Real Madrid, es el rey indiscutible en Twitter entre los deportistas de todo el mundo. Tiene más de 20 millones de seguidores… he dicho bien: ¡20 millones de seguidores!

¿Les parecen muchos?… sorpréndanse entonces con los 42 millones de seguidores que tiene Justin Bieber o los 40 millones de Katy Perry.

Si damos el salto del deporte a la política, la cosa cambia según una de las conclusiones del estudio llevado a cabo por la agencia Boom Business sobre la repercusión de unos y otros en la red de microblogging. El Economista asegura que los políticos españoles no le han tomado todavía la medida a twitter nuestros políticos en twitter

Mariano Rajoy encabeza la clase política española en twitter con medio millón de seguidores pero ni siquiera el líder de la oposición está en el top tres. El segundo político español con más seguidores es el expresidente cántabro Miguel Ángel Revilla –más de 361.000-; le sigue el socialista José Antonio Rodríguez (229.000); y el jefe de la oposición Alfredo Pérez Rubalcaba es el cuarto con 196.000 seguidores.

En resumen, amigo Enrique, las redes han llegado para quedarse y si tienes una marca personal o empresarial conocida y/o reconocida, no eres tú quién decide si estás o no estás en las redes. Son otros los que te ubicarán en las mismas y por eso conviene llevar la iniciativa.

Para la mayoría de los mortales con cierta presencia pública, lo recomendable es que la marca personal también sea digital. Nos encontramos ante el nuevo paradigma de la influencia, donde cualquier ciudadano del mundo, en cualquier parte del mundo, puede abrir, con la tecnología necesaria, su propio altavoz.

Nunca antes el ciudadano de a pie ha tenido la posibilidad de convertirse, gracias a las redes, en un influencer. Hace sólo unos años ser conocido dependía exclusivamente de que tu representatividad, historia, marca, producto o punto de vista, tuviese eco en los medios de comunicación de masas tradicionales. Hoy todos pueden crear su propio canal de información y compartir con todos lo que piensan y… por qué no?, hasta convertirse en un referente.